El cielo estrellado de
los Capuchinos
La ciudad de Córdoba, fundada
en 1573, cuna de la ciencia argentina, ediliciamente se caracteriza por la profusión de iglesias. Cuando en 1870 Benjamin Gould, como
primer director del recientemente creado Observatorio Nacional Argentino,
encuentra en “Los Altos” el lugar propicio para asentar la nueva institución,
al mirar la ciudad la describe como erizada por las de cruces de
sus iglesias. Años más tarde, el poeta Arturo Capdevila (1889-1967)
inmortalizó este hecho en su poema “Córdoba de las campanas”.
Diversos son los templos que
pueden destacarse por su antigüedad o importancia, tales como La Compañía de
Jesús y la Catedral. Sin embargo, hay uno que llama la atención debido a su
arquitectura, mezcla de diversos estilos – entre otros, gótico y neogótico –,
su alta torre, sus esculturas y fachada pintada con vivos colores. Se trata de
la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, conocida por los vecinos como la “de
los Capuchinos”, ubicada en el barrio “Nueva Córdoba”. A pesar
de no ser muy antigua – fue inaugurada en 1933 – y que en su erección se
utilizó el hormigón armado y no viejos métodos constructivos, su singular
belleza le valió ser elegida como una de las maravillas construidas por el hombre de la provincia de
Córdoba.
Iglesia
“de los Capuchinos” (Glasmann, sf) y su entrada (S.P. 2013)
Placa
ubicada en la entrada del templo, que recuerda su designación como una de las 7
maravillas construidas por el hombre en la provincia de Córdoba (S.P.
2013)
Vista
del interior de la iglesia, nave lateral derecha
La iglesia se caracteriza por
el gran número de esculturas y pinturas, tanto en su parte externa como en
la interna. Entre las pinturas, llamó la atención del autor las del techo, que
muestran un cielo celeste plagado de estrellas doradas. Extrañamente, esta
notable obra no es mencionada en las numerosas descripciones existentes de la
iglesia, salvo honrosas excepciones.
Este “cielo”, forma parte de
los muy diversos elementos incluidos en la decoración relacionados con San
Francisco, entre los que también pueden mencionarse las imágenes de la entrada,
la estatua del altar, los animalitos de los capiteles y ojivas.
Vistas
del techo abovedado de la nave principal
Una atenta inspección del
hermoso techo conformado por múltiples bóvedas de aristas, separadas por arcos
ojivales y sostenido por esbeltas columnas, muestra que las estrellas no fueron
pintadas al azar, muy por el contrario, en cada bóveda se representa el cielo
nocturno visto desde Córdoba para los distintos meses de 1930, de acuerdo a lo
indicado en las mismas.
Pintura
que representa el cielo de Córdoba a la media noche del primer día del mes de
abril, bóveda ubicada en la nave central
En la única bibliografía
encontrada en que se hace mención a estas pinturas con algún detalle, se indica
que en las bóvedas de la nave principal, las representaciones corresponden a la
media noche del primer día de cada mes, mientras que las de las naves laterales[1], muestran el
cielo de los días 15 (Glasmann, sf; 11). Lo indicado pudo ser confirmado por el
autor, verificando también que se corresponden con el mencionado año 1930.
Detalle
de los dibujos de las estrellas. Como ocurre en algunos atlas, el número de
puntas es mayor cuanto mayor es su brillo – menor magnitud –
Mes
de agosto, en este caso se indica “agosto- 30” confirmando que corresponde a
1930, lo cual es coherente con la fecha de la inauguración de la iglesia, 1933.
Pintura
de agosto en una de las bóvedas del crucero, junto al rosetón. En este caso la
proyección es polar.
Cielo
de diciembre.
Cielo
de mayo.
Las proyecciones son más que
aceptables, en particular teniendo en cuenta que fueron realizadas en bóvedas
de aristas, lo que muestra que los artistas pusieron un gran esmero en su
trabajo. En las bóvedas del crucero a diferencia del resto, la proyección
utilizada es la polar.
Todo lo indicado, lleva a
considerar como muy factible que los artesanos utilizaron como modelo algún
atlas celeste, el que aún no ha podido ser identificado.
El diseño y la construcción
del Sagrado Corazón estuvieron a cargo del arquitecto y artista – pintor y
fotógrafo – Augusto César Ferrari[2], quien también
realizó numerosas pinturas, con la colaboración del pintor decorador Oscar
Alfano[3] (Noé, 2003). La Iglesia del Sagrado
Corazón comenzó a construirse en 1927 y su inauguración oficial es de
octubre de 1933.
Placa ubicada a la entrada de la iglesia en recuerdo a Augusto
C. Ferrari
El interior y el friso de
pinturas sobre la vida de San Francisco ubicado en la parte superior de la nave
principal se terminaron para la inauguración (Noé, 2003). Seguramente también
estaban listas, al menos la mayoría, las pinturas del techo. En el exterior se
continuó trabajando hasta 1945 con esculturas que estuvieron a cargo de Aurelio
Ramacciotti. La iglesia en su conjunto no quedó terminada en todos sus detalles
hasta la década de 1980
A diferencia de las cúpulas de los techos, las estrellas en los
“cielos” de los nichos fueron pintadas sin intentar representar el cielo
nocturno.
Lamentablemente, varias de
las bóvedas están sumamente dañadas por filtraciones de agua de lluvia, hacemos
votos para que pronto puedan ser restauradas y recobren su esplendor original.
Bóvedas dañadas por filtraciones